Volvamos a extrapolar:
¿No es así que los médicos curan nuestras dolencias cuando necesitamos de ellos? ¿O hay tratamientos mágicos o tratamientos estándar para todo el mundo?
¿Cómo saben los médicos cuándo y cómo debe ser seguido el tratamiento? Porque son especialistas en lo que hacen. ¡Imagine si actuaran como “aplicadores de remedios”, sin diagnóstico previo, pronóstico ni plan de acción a medida!
¿No deberíamos entonces buscar especialistas para que nos indiquen qué hacer en nuestras organizaciones para implantar la gestión necesaria o, si no, formarnos adecuadamente para realizar el trabajo exitosamente?
En síntesis: Lo que va a salvarnos no son las metodologías, sino el cómo usamos adecuadamente las que hacen falta, a partir de lo que realmente necesitamos. Por ello, a partir de una verificación inicial seguida de un diagnóstico adecuado, buscaremos los “remedios” más indicados para cada caso, y sobre todo los más “tolerados” para cada indicación y los más disponibles, muchos ya al alcance de nuestras manos y otros con los que ya contamos pero no usamos convenientemente.
Por supuesto, continuaremos monitoreando el proceso para conocer el resultado de la gestión, y tomando las acciones necesarias a partir de dichos resultados para garantizar que el círculo virtuoso del mejoramiento continuo, sea una realidad palpable en nuestras organizaciones.
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